sábado, 1 de septiembre de 2007

“El así llamado caos”




Mientras en España alrededor de 40.000 personas se arrojaban tomates maduros, en Chile se arrojaban bombas y gases.
Ayer, 29 de Agosto del 2007, miles de de personas salieron a la calle para decirle “no al neoliberalismo” y a las consecuencias que este modelo genera. Los adherentes se reunieron en Plaza Italia, Estación Mapocho, Alameda con las Rejas, y en Avenida Matta con San Diego, para luego dirigirse hacia el centro de la capital.
Sin embargo, el actuar de Carabineros, impidió en gran medida la consecución de ese objetivo, utilizando un amplio contingente y una violencia nunca antes vista, mediante fuerzas especiales y los ya típicos carros Lanza aguas y Lanza gases, más conocidos como “Guanaco” y “Zorrillo” respectivamente.
El subsecretario del Interior, Felipe Harboe afimó que: "producto de las circunstancias pueden producirse algunas escaramuzas, en todo caso no hemos visto las imágenes, la labor de Carabineros es la mantención del orden público". Aunque un saldo de 670 detenidos, carabineros y manifestantes heridos, un Senador golpeado en la cabeza, locales saqueados, y otros incidentes que hacen dudar tal afirmación.
En fin, “el orden público” resulta nuevamente la gran oportunidad para violentar y censurar las intenciones de los ciudadanos. Parece extraño que lo público excluya a un amplio sector de la población, ese que en muchas ocasiones ha sido señalado como “cobarde” e “injustificado”. E tema da para mucho.
Resulta extraño que en Chile, considerado por muchos el país más desarrollado de Latinoamérica sigan ocurriendo estas situaciones, en que los manifestantes son vistos como “la escoria” que debe ser combatida, o si se quiere, reprimida. Aparentemente, la herencia histórica todavía no se ha perdido del todo, produciendo una violencia que del conquistador al indígena, pasó del gobierno hacia el pueblo.
Quizás no se ha pensado lo necesario que resultan situaciones “carnavalescas” o de catarsis, a modo que la ciudadanía pueda liberarse sin violencia, o que esta sea canalizada. Una marcha de los trabajadores no se condice con destrozos ni bombas molotov, pero si se les impide ese bien tan preciado de decir lo que se piensa, no pueden esperar que los silenciados respondan en forma pacífica. Si estuvieran atacando al país, ¿no reaccionaría el gobierno utilizando toda la artillería que se tiene?




Claramente fue un error de la CUT no haber solicitado autorización a la intendencia para marchar por la Alameda, pues si bien el expresarse es un derecho, este está supeditado al ya trillado “orden público”. Pero un error más grande es contener al pueblo. La transición aún no termina.

¿No será momento de forjar una cultura ciudadana? La violencia, tanto de los manifestantes como de las Fuerzas de orden y seguridad no se justifica en democracia. Debemos luchar como chilenos para que todo quien desee marchar pueda hacerlo en calma, sin miedos de ser reprendido, sin actuar como si hiciera algo malo. Carabineros debería reprimir la violencia, no generarla. Debería actuar por la ciudadanía, no en contra de ella.

Cada día vemos como la economía, la salud y la educación se inspiran en los modelos europeos, quizás ya es hora de imitar su forma de movilizarse.
En Inglaterra un hombre lleva tres años viviendo en una carpa fuera de la casa de gobierno, donde tiene todas sus consignas en contra del apoyo entregado por el anterior primer ministro a la guerra de Irak; en Buñol, España cuarenta mil personas hicieron la popular “Tomatina” lanzando miles de tomates para luego dejar la cuidad tal y como estaba; en Francia grupos disidentes marchan por las calles sin violencia ni represiones.

Esto no es más que un llamado a un efectivo “gobierno ciudadano” y a la construcción de una sociedad realmente libre.

1 comentario:

Camilo Espinoza dijo...

Kàdiz!
la marcha del emperador no tiene niun brillo!
xD

Ahora me pregunto...Porqué todos suben los textos que hacen pa jeni?